Receta de la Película de Como agua para chocolate es una novela escrita por LAURA ESQUIVEL publicada en 1989. Trata acerca de la vida de una mujer (Tita), sus amoríos y la relación de esta con su familia, todo relacionado con la importancia de la cocina y las recetas típicas mexicanas de la época en que está ambientada su vida. En la novela se puede apreciar un estilo particular, en el que se emplea un realismo mágico con el fin de combinar lo sobrenatural con lo mundano.
Ingredientes:
12 rosas, (rojas, si es posible)
12 castañas
2 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de harina de maíz
2 gotas de esencia de rosas
2 cucharadas de anís
2 cucharadas de miel
2 ajos
6 codornices
2 vasos de agua
2 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de harina de maíz
2 gotas de esencia de rosas
2 cucharadas de anís
2 cucharadas de miel
2 ajos
6 codornices
2 vasos de agua
Preparación:
Con cuidado, separar los pétalos de rosas, tratando de no pincharse los dedos, porque (a) es doloroso y (b) si los pétalos se impregnan de sangre, alteran el sabor del plato y puede provocar reacciones químicas peligrosas.
TITA , con la profunda emoción de haber recibido un ramo de rosas de PEDRO, no recordó ese pequeño detalle. Esta era la primera emoción profunda que sentía desde el día de la boda de su hermana, cuando Pedro le dijo que la amaba. Mamá Elena sospechaba lo que podría pasar si Pedro y Tita tenían la oportunidad de estar solos. Hasta ahora, Mamá Elena se había ingeniado formas de mantenerlos a una distancia. pero Mamá Elena no había anticipado la muerte de Nacha, la cocinera. Entre todas las mujeres de la casa, Tita era muy capaz de tomar la vacante de cocinera, y de la cocina escapaban los sabores, los olores, las texturas y lo que estas pudieran provocar.
TITA era el último eslabón de una cadena de cocineras que sabían los secretos de la cocina, la mejor exponente de este maravilloso arte culinario. Por lo tanto, TITA fue nombrada cocinera oficial del rancho; esta noticia fue bien recibida por todos. TITA aceptó el cargo con agrado, pero sentía la ausencia de Nacha.
TITA se sentía muy deprimida porque, con la muerte de Nacha, Tita se encontraba muy sola. Como si hubiera muerto su propia madre. Pedro, tratando de levantar su espíritu, le llevó un ramo de rosas al cumplir su primer aniversario como cocinera del rancho. Pero Rosaura que esperaba su primer bebé, cuando vio que Pedro le dio las rosas a TITA y no a ella, se marchó de la sala llorando.
Con una mirada, Mamá Elena ordenó a Tita salir de la sala y librarse de las rosas.
Mamá Elena, con otra mirada a Pedro, le dio a entender que él podía remediar la situación.
Pedro, pidiendo disculpas, salió en busca de Rosaura. Las rosas eran de color rosado, pero tita las apretó con tanta fuerza, que la sangre de sus manos y su pecho las pintó de rojo.
¡estaban las rosas tan hermosas!
No era posible tirarlas a la basura por dos motivos. Primero, porque nunca había recibido flores; segundo, porque Pedro le había dado las flores. De pronto, escuchó la voz de Nacha, quién le dictaba al oído una receta prehispánica donde se utilizaban pétalos de rosa. Tita no recordaba la receta porque para hacerla se necesitaban faisanes y en el rancho no había esa clase de ave.
Lo único que tenía en ese momento era codornices. Tita cambió un poco la receta; lo importante era usar las flores.
Con eso en mente, salió al patio a perseguir codornices. Atrapó seis, las llevó a la cocina y las mató. Esto no fue fácil porque Tita las había cuidado y alimentado.
Tita respiró hondo, agarró a la primer ave y le retorció el pescuezo como hacía Nacha, pero Tita hizo ésto con poca fuerza y la pobre codorniz no murió sino que se fue quejando por toda la cocina con la cabeza colgando de lado.
Con eso en mente, salió al patio a perseguir codornices. Atrapó seis, las llevó a la cocina y las mató. Esto no fue fácil porque Tita las había cuidado y alimentado.
Tita respiró hondo, agarró a la primer ave y le retorció el pescuezo como hacía Nacha, pero Tita hizo ésto con poca fuerza y la pobre codorniz no murió sino que se fue quejando por toda la cocina con la cabeza colgando de lado.
Tita comprendió que no podía ser débil: esto había que hacerlo con firmeza o causaría gran dolor a las codornices. Tita pensó en la fuerza de Mamá Elena, la cual mataba sin piedad. La boda de Pedro con Rosaura había dejado a Tita como a esta codorniz, con la cabeza y el alma fracturada. Para que no sufriera más, y en un acto de piedad terminó de matarla.
Fue más fácil con las otras. Tita se imaginaba que cada ave tenía un huevo tibio en el buche y que ella piadosamente las liberaba de ese martirio con darles un buen golpe. Cuando era niña, era obligatorio desayunar con un huevo tibio, cosa que Tita odiaba.
Tita realizaba todas las tareas en la cocina como las realizaba Nacha: desplumaba las aves en seco, le sacaba las vísceras y las freía.
Tita realizaba todas las tareas en la cocina como las realizaba Nacha: desplumaba las aves en seco, le sacaba las vísceras y las freía.
Después de desplumarlas y vaciarlas, se les atan las patas a cada una para que mantengan esa posición mientras se doran en la mantequilla, con sal y pimienta a gusto.
Es importante desplumarlas en seco, porque sumergirlas en agua hirviendo cambia el sabor de la carne. Éste es uno de los muchos secretos de la cocina que sólo se adquieren con la práctica. .
Es importante desplumarlas en seco, porque sumergirlas en agua hirviendo cambia el sabor de la carne. Éste es uno de los muchos secretos de la cocina que sólo se adquieren con la práctica. .
Es que verdaderamente este platillo es delicioso.
Las rosas le proporcionan un sabor de lo más refinado.Ya que se tienen los pétalos deshojados, se muelen en el molcajete (MORTERO) junto con el anís. Por separado, las castañas se ponen a dorar en el comal (sarten), se descascaran(pelan) y se cuecen en agua. Después, se hacen puré. Los ajos se pican finamente y se doran en la mantequilla; cuando están acitronados, se les agregan el puré de castañas, la miel, la pithaya molida, los pétalos de rosa y sal al gusto. Para que espese un poco la salsa, se le pueden añadir dos cucharaditas de fécula de maíz (maizena). Por último, se pasa por un tamiz y se le agregan sólo dos gotas de esencia de rosas, no más, pues se corre el peligro de que quede muy olorosa y pasada de sabor. En cuanto está sazonada se retira del fuego. Las codornices sólo se sumergen durante diez minutos en esta salsa para que se impregnen de sabor y se sacan. El aroma de la esencia de rosas es tan penetrante que el molcajete (mortero) que se utilizaba para moler los pétalos quedaba impregnado por varios días.